Nuevamente al doc

Ojo, Ojo! decías desde hace ya un tiempo. Con Cristián creíamos que era ésa era tu forma especial de expresar cansancio y sueño.
Hoy en la mañana, Katthya me llama y me indica tu ojo derecho. Lo tenías hinchado y rojo. Ojo, Ojo! Qué malinterpretación...
Te llevamos a tu doctor. Nuevamente temblabas sobre la camilla, y te aferrabas a nuestros brazos asustada, reconociendo esa experiencia hospitalaria de tu primer año de vida tan poco enriquecedora.
Me siento culpable cada vez que te exponemos a un doctor. Vuelves a sentirte insegura, volvemos todos al trauma. Y has crecido tan bien, te estás llenando de más alegría, que me asustan los doctores y los medicamentos.
Afortunadamente, era una leve infección ocular. Una gotitas en los ojos (a doce lucas el frasco enano), y en dos días no tendrás nada.
Hablas cada día más. Estás más independiente y alegre. Sabes decir No (do gangoso) y Sí (Tíiiiiiii expresivo) cuando quieres y no quieres. Cantas todo el día, haces travesuras. Te gusta subirte en el lomo de tus padres y jugar al caballito.
Ya es tiempo de que duermas sola.