Irene se opone tenazmente a nuestros intentos por hacer de ella una niña de buenos modales, recatada y de gustos finos. Fui a recoger un informe evaluativo, para presentarlo a uno de los tantos colegios a los que estamos postulando. Su tía me interceptó a la salida: "Irene está más suelta, juega, y canta en público"
Sin disimular mi orgullo, le conté que a Irene le encantan las canciones del Tikitiklip y de 31 Minutos. (me reservé nuestro placer culpable de verla cantar a la Madonna).
"¿Ah si?" - me contestó - "no sabía que le gustaran esas canciones... el otro día Irene nos cantó una canción de Gilda...Fuiste mi vida, fuiste mi pasión, todo eso fuiste, ¡pero perdiste!"
En fin, dime lo que canta tu hijo, y te diré quién eres. Me encanta Gilda.
Mi mamá escuchaba rancheras rancias y pegajosas cuando yo era chica. No me gustan mucho, pero sí recuerdo esas tardes en el asiento trasero del auto, y a mi madre sobrellevando los interminables tacos argelinos cantando a viva voz a Jorge Negrete. Y aprendí de memoria esas canciones de desamor, despecho y violento abandono. Con la Gilda, cantamos Irene y yo... No me arrepiento de este amor, aunque me cueste el corazón. Gi - Gi - Gi - Gilda!
