Por algún motivo que aún no logro descifrar, y como dice Sabina: "no pienso gastarme pasta en un psiquiatra", estoy inscrita en el foro de mis antiguos compañeros del colegio. Ocasionalmente reviso mi cuenta de correo a la que llegan los posts de los que participan activamente. Me entero de nuevos embarazos, encuentros y desencuentros, viajes y llegadas. Hoy, uno de ellos hizo llegar la noticia de que están desmoliendo mi antiguo colegio, seguramente para un proyecto de edificios. Y en su blog, www.pmorrisk.cl, incluye fotos del estado actual de demolición del Latinoamericano de Integración. Nunca he sido hincha de mi colegio. Llegué más vieja, repetí 3º Medio. Nunca me sentí parte del "espíritu latino". Aborrecía -también temía- la crueldad y el sarcasmo de alguno de mis compañeros. Aparte de mi amiga Daniela, no establecí vínculos duraderos con nadie más. No voy a las reuniones de ex-alumnos.
Pero el blog de Pablo me emocionó. Me emocionó su necesidad de recordar. De mantener aún vigente, después de 15 años de nuestro egreso, en un rincón de la memoria, un Latino a la deriva.
En la entrada de mi colegio secuestraron a Manuel Guerrero y a José Manuel Parada, cuya hija estaba en mi curso. En la entrada de mi colegio, hasta el año 2006, se seguía realizando una velatón cada 29 de marzo, en su conmemoración. Recuerdo una de las marchas que solía iniciarse desde el colegio hacia Providencia, cuando con Javiera Parada ideamos un lienzo pintado por los niños de la básica, lleno de colores, con una consigna bíblica: "¿Dónde está Muerte, tu victoria?"...
Hoy volví a leer un bello párrafo de Vila-Matas reivindincando el derecho de los suicidas a ocupar un lugar en la memoria de los vivos, como debiera tenerlo la amante de Modigliani que se mató a los dos días de fallecido el pintor. Vila Matas estuvo en el punto exacto, en una calle de París, donde ella cayó desde un quinto piso. Ninguna placa la recuerda en ese lugar.
¿Recordará una placa el lugar desde dónde fueron secuestrados los degollados?
Pero el blog de Pablo me emocionó. Me emocionó su necesidad de recordar. De mantener aún vigente, después de 15 años de nuestro egreso, en un rincón de la memoria, un Latino a la deriva.
En la entrada de mi colegio secuestraron a Manuel Guerrero y a José Manuel Parada, cuya hija estaba en mi curso. En la entrada de mi colegio, hasta el año 2006, se seguía realizando una velatón cada 29 de marzo, en su conmemoración. Recuerdo una de las marchas que solía iniciarse desde el colegio hacia Providencia, cuando con Javiera Parada ideamos un lienzo pintado por los niños de la básica, lleno de colores, con una consigna bíblica: "¿Dónde está Muerte, tu victoria?"...
Hoy volví a leer un bello párrafo de Vila-Matas reivindincando el derecho de los suicidas a ocupar un lugar en la memoria de los vivos, como debiera tenerlo la amante de Modigliani que se mató a los dos días de fallecido el pintor. Vila Matas estuvo en el punto exacto, en una calle de París, donde ella cayó desde un quinto piso. Ninguna placa la recuerda en ese lugar.
¿Recordará una placa el lugar desde dónde fueron secuestrados los degollados?